Como bien afirma el Dr. Alfonso Ropero, director editorial de CLIE: «cada una de sus páginas es una agradable y retadora sorpresa sobre una multitud de temas que impresionan nuestras mentes, pero cuyo contenido no siempre tenemos tiempo de valorar, y que el autor trata desde la fe y la razón que se alimentan de la Escritura: creer para comprender, comprender y creer».
La primera sorpresa la encontramos ya en el título: «CREER Y COMPRENDER: 365 reflexiones para un cristianismo integral». El epígrafe «CREER Y COMPRENDER» nos inclina a pensar que se trata de una obra de apologética, pero el subtítulo, nos invita a identificarlo más bien como un devocional. ¿Cuál de las dos cosas? ¡Ambas, y muchas más! Porque las 365 reflexiones que se nos ofrecen en estas páginas, son un verdadero manjar espiritual con el que vigorizar nuestras almas frente a las inquietudes del mundo que nos rodea; un poderoso ansiolítico con el que aliviarnos de los vértigos de la vida moderna; una eficaz vacuna con la que proteger nuestra mente de las numerosas dudas que la acosan; y una fuente cristalina de inspiración celestial con la que elevar nuestro espíritu al plano superior. Estamos, pues, ante un texto académico que convive entrelazado con un devocional bajo una misma tapa.
Un libro de apologética, un comentario bíblico, un compendio doctrinal, un tratado de eclesiología, un sumario de ética, un manual de autoayuda, una obra de referencia y consulta; todo ello combinado en un mismo volumen, con tanto acierto, habilidad y eficacia, que deja sorprendido al más veterano y experto bibliófilo
Su estructura es la típica de un devocional: 365 reflexiones cortas que se leen en un par de minutos, una para cada día del año. La diferencia estriba en el planteamiento inverso de sus reflexiones, que en lugar de partir, como es habitual en los devocionales de un texto o pasaje bíblico, en este caso, surgen de las palabras de algún autor de renombre sobre algún tema de actualidad, debatiéndolo a continuación desde la perspectiva cristiana y concluyendo con el texto bíblico apropiado al mismo.
El objetivo es el mismo de cualquier devocional: nutrir al lector con enseñanza de la Palabra para que la paz del cielo inunde su alma. Pero el método utilizado es distinto. En lugar de comenzar elevando al lector a las regiones celestes de la piedad, buscando apartar su mente durante unos minutos de las inquietudes, dificultades y problemas que la perturban, hace todo lo contrario, debatir y enfrentar esas dificultades, insuflando en él la certeza de la fe para redirigir su pensamiento en pos de lo supremo y elevarlo finalmente a las regiones celestiales.
Con este propósito, por sus páginas desfilan todos los temas susceptibles de causar zozobra en la mente de un creyente, iluminando uno a uno aquellos aspectos de la filosofía, de la ciencia, de la política, de la economía, de la cultura, de teología, de la fe, que puedan levantar dudas o ser motivo de inquietud.
Temas tan dispares como: “Resucitaciones clínicas (2 de Enero)”; “Capitalismo, comunismo y reino de Dios (5 de Enero)” “Iglesia y democracia (6 de Enero)” “Ciencia y cristianismo (7 de Enero)” “Las oraciones no respondidas (16 de Enero)” “La solidez histórica del cristianismo (21 de Enero)” “La existencia de Satanás (22 de Enero)”; y así. día tras día, mes tras mes, hasta llegar al 31 de Diciembre.
El apoyo apabullante de citas bíblicas, elimina todo cuestionamiento acerca de su base escritural. Y el amplio aparato de notas aclaratorias y referencias a otros autores (más de 600 notas), demuestra con creces la erudición del autor en el tratamiento y análisis de cada argumento puesto a debate. Finalmente, unos extensos y trabajados índices “Temático” y “Onomástico” y que facilitan la búsqueda rápida de información, tanto de asuntos concretos como de personajes, sumados a una amplia bibliografía, completan este humilde devocional transformándolo en una valioso obra de referencia y consulta.
Un libro útil y de inmenso valor educativo en el contexto nuestras iglesias, tan plagadas de actitudes absolutistas y tan faltas de «un cristianismo integral, que integre, que antes que condenar comprenda, que crea para comprender y comprenda para creer».
Recomendamos a todos los creyentes tenerlo junto a su Biblia en su mesita de noche y leer, sin falta, cada día del año, la reflexión correspondiente antes de apagar la luz y cerrar los ojos o justo después de abrirlos por la mañana; al cabo de pocos días de tratamiento, notarán la diferencia. Aunque sin duda, las posibilidades de esta obra singular, no quedan limitadas a ello, puesto que los usos a los que se presta son numerosos y muy diversos, como por ejemplo, la lectura de sus excelentes reflexiones en programas de radio.
Estamos seguros que la creatividad de cada lector descubrirá en sus páginas una utilidad nueva y distinta en cuanto lo tenga en sus manos.
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